Bellas y envenenadas. Cómo los tóxicos son un riesgo para nuestra salud reproductiva

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Ester Iborra

Enfermera y sexóloga

Tóxicos y químicos en el medio ambiente que merman nuestra fertilidad

Acudí recientemente a un seminario en Barcelona sobre Salud y Medio ambiente organizado por la Red CAPS donde se expusieron diferentes aspectos de los tipos de contaminantes y químicos creados por los humanos y su efecto en la salud/enfermedad.

Desde los micronanoplásticos hasta las dioxinas de las plantas incineradoras de residuos pasando por los ftalatos y cómo afectan a la salud del planeta y de los seres humanos.

Se trataron varios enfoques y una de las cosas que me pareció relevante fue la incapacidad de

1- investigar a fondo los efectos en la salud de algunos contaminantes como los nanoplásticos porque no hay modelos con los que trabajar y hacer comparaciones. 

2- los gobiernos por regular como se debería hacer uso de estas sustancias. Se tardan 10 años en poder eliminar una sustancia tóxica del mercado.

La capacidad contaminante que tienen los plásticos que usamos diariamente tienen un impacto devastador en el medio ambiente, los océanos y nuestro organismo. Hoy día sabemos que la población occidental orina microplásticos y que están presentes en el semen, la placenta, la leche materna, el meconio, los pulmones y el hígado (que sepamos de momento).

La cantidad de plástico que ingerimos semanalmente asciende a una tarjeta de crédito. Y esos plásticos pasan al torrente sanguíneo a través de la barrera intestinal, porque son tan pequeños que la atraviesan sin problema o, incluso, algunas células del sistema inmune las absorben con la intención de eliminarlos y acaban en nuestros órganos porque no son capaces de hacerlo.

Es muy difícil saber qué efectos tiene en la salud porque no podemos medir la exposición real a los plásticos para así cuantificar.

Otro factor a tener en cuenta son los componentes de estos microplásticos, los tintes y otras sustancias usadas en su fabricación tienen efectos añadidos que se suman a ese “efecto cóctel” -del que hablaré más adelante- que tienen en las personas y en el desarrollo de enfermedades modernas como la sensibilidad química múltiple, el síndrome de sensibilización central, la fibromialgia, etc. Y su efecto en la salud sexual y reproductiva tampoco nos puede pasar por alto ya que cada vez son más las parejas incapaces de concebir por medios naturales y acuden a los centros de reproducción asistida (desde 2021 han aumentado un 33% según la Sociedad Española de Fertilidad y va en aumento). 

El impacto de estos tóxicos y muchos otros es difícil de investigar por lo expuesto anteriormente y se incide cada vez más en el efecto cóctel, es decir, la exposición a una única sustancia puede no producir problemas o que estos sean difíciles de detectar pero lo que se está observando es la combinación de múltiples químicos si tienen efectos y son variables y difíciles de prever.  

Además las mujeres somos bioacumuladoras ya que la mayoría de los tóxicos que están presentes en plásticos, pesticidas, herbicidas, productos de limpieza y de uso doméstico, cosméticos, etc. se acumulan en el tejido graso del cuerpo y las mujeres, de media, tenemos un 15% más de tejido graso que los hombres.

Si nos centramos en la salud sexual y reproductiva de las mujeres (que es el eje central de este blog) se ha observado que los tóxicos de uso diario está mermando nuestra fertilidad y produciéndonos más enfermedades como la endometriosis y el cáncer de ovario, endometrio y mama. Estas enfermedades altamente incapacitantes que afectan a nuestra salud mental, física y emocional van en aumento año tras año (puedes leer más datos aquí) y están directamente relacionadas con niveles altos de estrógenos.

¿Y por qué las mujeres tenemos exceso de estrógenos?

-La primera razón porque las mujeres españolas de media nos exponemos diariamente a unos 300 químicos al día solo en productos cosméticos y de higiene personal (gel, champú, mascarilla, desodorante, pasta de dientes, tónico facial, cremas corporales y faciales, perfumes, maquillaje, lápiz de ojos, rimmel, pintalabios, pintauñas, tintes del cabello, etc.) y la mayoría de estos químicos, cuando los absorbemos a través de la piel pasan a tener efecto de hormonas, muchas de ellas se conocen como xenoestrógenos o estrógenos sintéticos que imitan a los nuestros propios.

-La segunda razón es que nuestro hígado no puede eliminarlos, bien por que hay demasiados o por problemas en el metabolismo hepático o en la microbiota intestinal.

Es por este motivo que si queremos cuidar nuestra salud hormonal y reproductiva debemos de tener especial cuidado con los productos que nos aplicamos en la piel.

Si has leído esta entrada del blog ya te haces una idea de lo que supone a las marcas que las mujeres anhelemos siempre estar bellas, jóvenes, sin arrugas ni celulitis, siempre buscando tener una piel que nos muestran en los anuncios y que ha pasado por Photoshop y ni siquiera es real. Esas marcas se hacen más ricas, nosotras más pobres y con más inseguridades. 

Pero ahí no acaba todo, porque la mayoría de marcas que se usan y se publicitan son marcas que llevan por bandera la química y, por ende, los tóxicos. Nos crean unas necesidades que además de empobrecernos y mermar nuestra autoestima, nos envenenan literalmente. Cada año vemos como multitud de productos y cremas solares de las primeras marcas del mercado son retirados por tener componentes cancerígenos o mentir en sus etiquetados. Puedes leer el artículo de los que han sido retirados este año aquí.

En qué has de fijarte cuando vayas a comprar un producto de higiene o cosmética:

-Aunque ponga 100% natural o bio o lo que sea asegúrate que no lleva perfume o parfum entre sus ingredientes. Detrás de estas simples letras los fabricantes pueden poner lo que les dé la gana sin especificarlo basándose en el “secreto de la fórmula.” 

-Que sea ecológico y tenga certificado Eco-cert.

-Que no lleve ningún tóxico y tenga etiquetado Toxic-free.

-Puedes leer las etiquetas con aplicaciones como INCI Beauty o Ingred y te saldrán los químicos y si están catalogados como disruptores.

Te comparto las marcas que yo utilizo y que recomiendo a mis clientas con endometriosis, ya que es una patología en la que minimizar los tóxicos no es una opción si quieres tener los síntomas bajo control.

Ringana (higiene y cuidado de la piel tanto del cuerpo como facial y protección solar): productos naturales 100%, ecológicos y sin ningún tipo de conservante ni perfume, con fórmulas basadas en la ayurveda y el herbolario europeo. Puedes ver el catálogo aquí, siempre hay ofertas disponibles y si vas de mi parte tienes 20€ de descuento en la primera compra (por una compra mínima de 60€), solo tienes que enviarme un mail a info@esteriborra.com y te paso el código.

Henna Morena (coloración natural 100%, de cultivos controlados o silvestres, km 0 y champús naturales). Puedes consultar su catálogo aquí. 

Espero que este articulo te haya sido de ayuda y te haya dado información útil para que puedas ir reduciendo la cantidad de tóxicos a los que te expones. Reducir los envases de plástico y priorizar los de vidrio u acero inoxidable son otras medidas que tanto el planeta como tu salud te agradecerán eternamente.

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