Más allá del origen etimológico de las palabras, el climaterio, como experiencia más de la vida sexual y reproductiva de las mujeres, ha sido durante la historia de la medicina, patologizada, medicalizada y sistematizada, al igual que lo han sido (y siguen siendo) la etapa fértil, el embarazo, el parto y la lactancia.
¿Qué rodea a la menopausia?
En la cultura occidental, el climaterio se asocia al envejecimiento de la mujer, y con una connotación negativa de este. Las mujeres solo somos válidas en la vida pública (y privada) cuando estamos en edad reproductiva, mientras nuestros ovarios produzcan estrógenos y la capacidad de concebir sea posible. Cuando llega el climaterio nos volvemos invisibles para la sociedad, a pesar de que, muchas están en la mitad de su vida.
Esto marca un estigma en todas, en las que ya lo han pasado, las que lo están transitando y en las que nos tiene que llegar. El terror de volvernos invisibles porque nuestros ovarios ya no producen hormonas. Que destino tan cruel y supeditado a una función que no nos define.
Algunos expertos en la materia (o así se autodeterminan a sí mismos) afirman que las mujeres envejecemos el doble de rápido que los hombres debido a la pérdida de estrógenos. 2023 y seguimos comparando las vidas de las mujeres con las del modelo hegemónico masculino, “la perfección del ser humano” y simplificando nuestra existencia a la función reproductiva.
(Podéis leer el artículo del que hablo aquí)
¿y no será que la menopausia…?
¿No será que las mujeres envejecemos más rápido por el hecho de vivir en una sociedad patriarcal donde se nos exigen una serie de obligaciones desde que estamos en nuestra más tierna infancia?
¿No será que nuestro metabolismo sufre por nuestro modo de vida, la cultura de la dieta que nos aboca a los TCA desde la pubertad, al consumo de productos light para mantenernos delgadas y desnutridas para poder ser aceptadas socialmente?
¿No será que nuestro sistema hormonal no es capaz de soportar años de exposición a disruptores endocrinos presentes en multitud de artículos de cosmética para que la mirada masculina nos valide como atractivas?
¿O los años de consumo de anticonceptivos hormonales para tratar el acné, el dolor menstrual o los ciclos irregulares? (Recordemos que la endometriosis sigue retrasándose en su diagnóstico una media de 8 años por la normalización de la dismenorrea).
¿No será por la doble o triple jornada, el techo de cristal, la precariedad laboral o la feminización de los cuidados?
¿No será por la falta de conocimiento sobre la morbilidad diferencial a lo largo de la vida de la mujer, la falta de investigación y tratamientos sobre cuerpos de mujeres? Recordemos que las mujeres enfermamos diferente, de diferentes cosas y con diferentes síntomas y los estudios y tratamiento que se nos aplican sólo han sido realizados en hombres,
¿No será la violencia machista lo que disminuye nuestra calidad y cantidad de vida?
Si la esperanza de vida de las mujeres es superior a la de los hombres aun y con toda la violencia que soportamos desde que somos niñas ¿Cómo sería si no tuviéramos que vivir bajo el yugo de esta, mermando la calidad y cantidad de años que disfrutamos?
La historia lo ha estigmatizado
Se sigue comparando la salud/enfermedad de las mujeres con el modelo masculino universal de salud/enfermedad cuando la mujer en su etapa postmenopáusica no debería compararse con ningún otro modelo ya que este es un modelo per se. Este señor quiere crear un modelo de mujer “normal” basándose en que una mujer normal sana ha de estar en la etapa fértil de su vida ¿por qué una mujer postmenopáusica no es una mujer normal? Si realmente a este señor le interesase la salud de las mujeres y conocer cómo es su genoma no excluiría del modelo a las mujeres que pasan más años en la etapa postmenopáusica que fértil (recordemos que la etapa fértil dura una media de 30 años en comparación con 85 años que vivimos de media). Porque esto quiere decir que pasamos 55 años en el modelo de enfermedad solo por el hecho de no ovular, como si nuestra existencia se justificase únicamente con el hecho de poder gestar, reduciendo nuevamente nuestras capacidades a las reproductivas, obviando las demás.
El climaterio ya fue definido en los albores de la medicina moderna como una enfermedad por los médicos (hombres, puesto que las mujeres estábamos completamente excluidas del estudio y ejercicio médico) y tenía que ser tratado como el mal que era.
A lo largo de la historia los conocimientos y saberes de las mujeres sobre nuestros procesos fisiológicos fueron borrados a manos de los hombres de manera ilegítima, ya que <<<ninguna otra actividad que hoy se considere profesional y que desarrollaron las mujeres, provocó tal reacción masculina para su apropiación y control como fue la tortura y asesinato de miles de mujeres durante la Inquisición con el apoyo de las instituciones médicas>>(Nogueiras García B. 2023)
Si el climaterio es el proceso inverso de la pubertad y sabemos lo importante que es la educación sexual en esta etapa de la vida ¿por qué no existe esta educación a las mujeres cuando llegamos a los 40-45 años? Cómo bien señala nuestra compañera Noelia García Toyos en su artículo “Menopausia, medicalización y comunicación: su presencia en YouTube” en la actualidad, buscamos información, a través de redes sociales y, quienes copan el alcance y la mayor probabilidad de difusión son plataformas médicas con gran cantidad de suscripciones a sus canales y cuyo mensaje es en gran parte, patologizador y centrado en los cambios fisiológicos.”
Los grupos de mujeres ya han demostrado ser eficaces tanto para el bienestar psicoemocional de las mujeres que están en esta transición como para reducir o mejorar los malestares físicos que pueden aparecer. Me parece responsabilidad de la atención primaria la creación de estos espacios. Las enfermeras formadas en la transición perimenopaúsica como profesionales referentes para liderar estos grupos son ideales por sus conocimientos de los riesgos, tratamientos y prevención.